Un filtro sucio equivale a un sistema de aire acondicionado que trabaja con más potencia, forzando también al motor, con lo que se desperdicia energía, combustible y dinero.
Además, los filtros son los que mantienen el aire limpio dentro de tu auto, atrapando suciedad y microorganismos que pueden provocar mal olor, alergias o enfermedades. Para un buen mantenimiento, cambia los filtros cada año y limpia el sistema cada seis meses: con el auto detenido y el motor encendido, enciende la calefacción al máximo, sal del auto y deja puertas y ventanillas cerradas por 5 minutos; esto eliminará la humedad de los conductos.